Las pizarras blancas son nuestras grandes aliadas en el día a día. Son pocas las oficinas y aulas que no cuentan con una de ellas en su sala de reuniones o en los despachos. Su éxito radica en su versatilidad, pues lo mismo sirven para bocetar una estrategia de acción, que para hacer un brainstorming o planificar una semana de trabajo. Y todo ello de forma limpia, huyendo de las partículas de polvo, y sus consecuentes alergias cutáneas, que provocan las tradicionales pizarras de tiza.
Sin embargo, no siempre lucen como deberían. Y es que su facilidad de uso y limpieza hace que, a menudo, olvidemos que requieren un mínimo mantenimiento para permanecer como el primer día. Estos son algunos de los problemas que suelen presentar:
- Tras un periodo sin borrar, la tinta del rotulador se ha quedado fijada y no se va al pasar el borrador.
- Marcas fantasma: este efecto es muy habitual. Consiste en que, aparentemente, la pizarra está limpia. Sin embargo, al mirar detenidamente, o según en qué posición incida la luz, vemos una especie de cambio de brillo en la superficie que se corresponde con antiguas pintadas sobre la misma. Esto se debe a que los químicos de los rotuladores afectan a la superficie brillante de la pizarra, dejando ese rastro fantasmal sobre la misma.
- Sombras de colores: este es el caso más frecuente, y consiste en que, tras pintar y borrar varias veces en la superficie, queda una mancha de color, muy clarita, sobre la pizarra que, si bien no la hace menos funcional, sí da una sensación de suciedad bastante notable.
Si en tu oficina tienes pizarras blancas seguro que te identificas con alguna de estas situaciones (o con las tres). En este caso, te vamos a dar un truco muy sencillo para devolverles a las pizarras toda su lustrosidad y que vuelvan a estar como nuevas. Simplemente impregna un paño suave, o un trozo de papel de cocina, con alcohol y deslízalo sobre la superficie. Como por arte de magia, la pizarra volverá a su estado de limpieza y blancura, sin manchas ni marcas.
De igual manera, si quieres evitar llegar a estas situaciones, puedes usar un paño de microfibra con agua tibia como borrador. De este modo minimizarás mucho el efecto del uso de la pizarra.
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