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Son dos conceptos que, a menudo, utilizamos como sinónimos y que, sin embargo, tienen una serie de matices que los distingue. ¿Sabes cuál es la diferencia entre un conserje y un portero? Hoy lo aclaramos.

El portero, un vecino más de la comunidad

Si nos ceñimos a su significado etimológico, históricamente la figura del portero deriva del antiguo “guardián de puerta”. De este modo, la RAE nos define la función del portero como “la vigilancia de la puerta de un edificio o una empresa, pudiendo tener además otras funciones”. En este aspecto, deja abiertas a negociaciones con la propia persona contratada dichas funciones añadidas.

Además, esta labor sugiere la existencia de una “portería”, que no es otra cosa que la vivienda del portero. Por ello, en definitiva, contratar un portero implicaba que esa persona viviese en una estancia de la propia comunidad de vecinos, con la función principal de vigilar y velar por los accesos de entrada y salida de esta. Hasta hace unos años, en los que se ha avanzado en la legislación y en los convenios de este sector, el hecho de vivir dentro de la comunidad de vecinos implicaba que el portero debía estar disponible las 24 horas para cualquier eventualidad. Esta práctica ya está en desuso y solo se mantiene en determinadas propiedades y fincas.

La contratación, despido y supervisión de la labor de los porteros pertenecía a la propia comunidad y dueños del inmueble. Del mismo modo, un porcentaje de su sueldo se pagaba “en especie”, con el disfrute de la vivienda en usufructo para él y su familia.

El conserje, un portero sin vivienda y con más funciones

Según la RAE, el conserje es la “persona que tiene a su cuidado la custodia, limpieza y llaves de un edificio o establecimiento público”. Hoy día el conserje es una forma más moderna de referirnos al portero. Pero, antiguamente, el conserje era la persona que trabajaba en edificios públicos o empresas con horario limitado. Ello implicaba que el trabajador volvía a su propia casa una vez finalizada su jornada laboral.

Contratar un conserje implicaba no solo funciones de guardar la puerta, sino también mantenimiento de jardines, pinturas, vallas y limpieza del recinto. Además, normalmente la gestión del conserje se realiza a través de empresas de servicios integrales de mantenimiento que, como Integra, velan por el cumplimiento de sus funciones, sustituyendo a la figura del conserje en caso de ser necesario. Igualmente, y aunque el salario entre ambas figuras, conserje y portero es similar, el hecho de no disponer de vivienda en la comunidad hace que el sueldo del conserje sea únicamente en metálico.

Y, como ya hemos adelantado, las legislaciones y convenios vigentes ya han hecho que el antiguo y tradicional portero se convierta en un conserje, de ahí la equiparación de ambos conceptos que, sin embargo, históricamente no implican lo mismo.

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